LA GAMBETA Y LA REMARCACIÓN DE LAS EMPRESAS ALIMENTICIAS

LA GAMBETA Y LA REMARCACIÓN DE LAS EMPRESAS ALIMENTICIAS

Las firmas del consumo masivo esquivan Precios Cuidados y derivan el grueso de la provisión a comercios donde el Estado no controla para vender hasta 40 por ciento más caro. Esas maniobras trastocan toda la cadena, incluso a los mayoristas. 

En un escenario inflacionario muy complejo y de razones multicausales, el Gobierno se enfrenta no sólo a sus propios desafíos como responsable central de la política, sino además a disputas diarias con sectores de poder económico. Hace unas horas, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, volvió a sentarse con empresas líderes del consumo masivo para exigirles respuestas sobre un proceso de remarcaciones de precios -según denuncia el propio sector mercantil- casi constante, a la par de una conducta irregular en materia de abastecimiento. 

Esas dos cuestiones, vistas en números, son la foto que explica cómo y por qué el sector privado -tras una furibunda crisis de consumo en la era Macri y la pandemia COVID- viene optando por recomponer ganancias en base a precios y abastecimiento selectivo. Accedimos a cifras y casos emblemáticos de diferencias en precios que muestran que, vía valores hasta un 40 por ciento más caros, aumenta la rentabilidad de los proveedores vendiendo por fuera de Precios Cuidados y por fuera de los grandes supermercados, que representan sólo el 25 por ciento del consumo total. En pocas palabras, estos números dan la pauta de que el negocio ha optado por derivar el grueso del abastecimiento a comercios de cercanía, almacenes y chinos, donde compran ocho de cada diez argentinos, para remarcar sin objeciones. 

Inclusive, esa política de vender más caro se practica, también, en los envíos a mayoristas. Las empresas de mayoreo tienen en góndola productos de Precios Cuidados que les cuestan al minorista que compra allí más caro que el precio de la lista oficial del programa. Ergo, cuando lo venden al consumidor final es aún más oneroso. Todo este esquema trastoca toda la cadena de comercialización en un contexto inflacionario delicado, donde la gente sale a buscar precios bajos y encuentra sólo 6 de cada 10 productos del plan Cuidados. 

Este diario accedió a varios números, con preponderancia de los 5 productos estrella y más vendidos de Precios Cuidados. Hoy, en la lista de más de 1700 productos hay algunos muy demandados que son los que por fuera de los súper tienen precios "no cuidados". La referencia es para el aceite de girasol Cocinero de 900 ml (159,83 pesos), fideo codito Favorita de 500 gr (66,01); harina de trigo 000 Pureza (Molino Cañuelas) por 1 kg (79,42); leche larga vida descremada Armonía (Mastellone) de 1 litro (95,91) y Yerba con hierbas CBSÉ (Establecimiento Las Marías) por 500 gr (230,92). Con la aclaración previa de que esos precios son los autorizados por el Gobierno para el AMBA, y que los grandes super del interior tienen escalas superiores para considerar el impacto de la logística según zonas, son de impacto las diferencias que se encuentran entre los super y los comercios de cercanía sobre la góndola general y la de Cuidados en particular. 

Algunos ejemplos. Buena parte de los supermercados chinos en Tucumán capital no cuentan con el aceite Cocinero de Cuidados y sólo ofrecen la variante "Plus", que cuesta casi 400 pesos, mucho más del doble de la común. Eso no ocurre porque el comercio elija no vender la más barata, sino porque el proveedor selecciona provisionarle la más cara. Algo parecido pasa en el AMBA: en Moreno, provincia de Buenos Aires, el comercio de cercanía vende el aceite de Cuidados a 200 pesos o más, cuando cuesta 159,83 según el precio de lista que aprobó el Gobierno; mientras que los fideos se venden a 70 pesos, cuando el precio establecido es de 66. Esos mismos valores, incluso más altos, se observan en todo el Conurbano, y el aceite de Cuidados llega a venderse hasta a 270 pesos. En Posadas, Misiones, los comercios de cercanía vende el aceite Cocinero de 159 pesos a 330, y los fideos a 80 pesos, 14 pesos más caro que el oficial. Y la yerba Cbsé a 260 pesos. En Paraná, Entre Ríos, el aceite de Cuidados también se vende a 330 pesos, los coditos a 70, la yerba a 270 y la harina Pureza a 110. Lo mismo pasa en comercios de Trelew, La Pampa y Neuquén. Todo esto no ocurre porque haya diferencias sustanciales en la remarcación del comercio minorista, sino que están recibiendo listas con precios muy por encima de los acordados. 

Otro de los datos a los que accedió a este diario muestra que los supermercados mayoristas también reciben de parte de los proveedores precios muchos más altos de los permitidos para bienes de Precios Cuidados, ergo, los venden más caros al comercio minorista, que luego se los vende más caros al consumidor final. Algunos casos: en mayoristas de Quilmes y Avellaneda, la semana pasada, la leche Armonía que en Cuidados cuesta 95 pesos, se vende a 94,3 pesos, es decir, sumado el margen de ganancia del minorista, supera ampliamente el precio cuidado. En Bahía Blanca, en la misma cadena mayorista, esa leche cuesta 99 pesos. Y llega a 100 pesos en Misiones y Neuquén. Otro reflejo de por qué faltan 6 de cada 10 productos de Cuidados en los super y por qué, en la provincia de Buenos Aires, se consiguen sólo 4 de cada 10. Están todos colocados donde se puede vender lo mismo pero más caro.

Otros casos: en La Plata, el mayorista Nini vende el aceite Cocinero de Cuidados a 191,77, es decir, casi 40 pesos más caro que el valor final permitido. Mientras que la yerba está en algo más de 225 pesos, cuando el precio final autorizado es de 230,92. "Vamos al mayorista y el precio o está más caro o directamente no hay producto", dijo a este diario Fernando Savore, de la Federación de Almaceneros Bonaerenses. El dirigente confirma los datos aquí mostrados y agrega que "de la canasta de 60 productos Cuidados para comercios de cercanía, no tenemos más de 20, no nos abastecen". La teooría de Savore agrega que los fabricantes subsidian a los grandes supermercados vendiéndoles más caros a los almacenes.

La situación que se ve en los comercios barriales es de impacto, porque en general en las cadenas minoristas, no se compra directo al proveedor. Allí tienen dos problemas: los intermediarios les cobran el producto más caro porque saben que el Gobierno no llega allí a controlar. Y como se viene anteriormente, como los mayoristas también reciben precios más caros, obligan a los almacenes a recargar precios por sobre el valor de los Cuidados. Por esas cuestiones curiosas, todo esto que ocurre en comercios de cercanía, termina pegando en el abastecimiento en los grandes supermercados. 

Como los híper nucleados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) y las entidades del interior agrupadas en CAS y FASA son los únicos que mantienen precios acordes con lo pactado con el Gobierno, se han transformado de un tiempo a esta parte en uan especie de mayoristas circunstanciales. Chinos y almacenes compran allí cantidad de Cuidados, lo que le suma tensión a un nivel de abastecimiento que ya era bajo por la decisión de los proveedores.